Hay algunas zonas especialmente sensibles en el cuerpo del perro, donde encontramos que las terminaciones nerviosas están muy concentradas. Tocar estas zonas hará que su sistema nervioso reaccione de forma exagerada, similar a lo que sucede cuando alguien nos toca en un lugar donde tenemos mucha sensibilidad o cosquillas. Por esta razón, es común que a los perros no les guste que los toquen las patass, la cola e incluso algunos las orejas.
También debemos recordar que el amor expresado por muchos humanos no será necesariamente asimilado por nuestros animales peludos. Los perros no están acostumbrados a besar, abrazar u ofrecer o compartir patas como una forma de expresar amor o calidez. Es decir, no veremos a dos perros transmitir sus emociones dando la mano, abrazando o tocando las patas de su compañero. Estas demostraciones no constituyen el lenguaje corporal de un perro, por lo que es completamente comprensible que a la mayoría de los perros no les gusta ser abrazado, ni acariciado en sus patas.
Sin embargo, debemos prestar atención a detectar si este rechazo a la manipulación de piernas se acompaña de otros síntomas. En algunos casos, los perros odian tocarse las patas porque sienten dolor, picazón o tienen una herida en el área. Si la pata de su perro está lesionada, lo mejor es desinfectarla y consultar al veterinario rápidamente. En la clínica, los profesionales podrán realizar exámenes físicos y verificar la complejidad de la herida.
Por otro lado, la negativa a tocar las patas o la cola del perro también puede estar relacionada con algún trauma. Un perro que ha experimentado situaciones negativas, como abuso y abuso físico o mental, puede asociar este intento de tocar o tocar con algunos eventos traumáticos que ha experimentado en el pasado. En estas situaciones, si alguien intenta tocarlo, es más probable que el animal presente reacciones exageradas, como intentar escapar, orinar involuntariamente por miedo o volverse muy agresivo. Si ha adoptado recientemente a un nuevo buen amigo, sería interesante intentar aprender más sobre su pasado en el refugio o asilo donde fue adoptado. Además, cuando observe algún comportamiento diferente o anormal como fobias, estereotipos u otros problemas de comportamiento, te recomendamos hablar con un veterinario especialista en comportamientos conocido como etólogo.
¿A todos los perros no les gusta que le toquen sus patas?
La respuesta corta es: NO.
Al igual que los humanos, algunos perros tienen patas, orejas o colas más sensibles. Por tanto, cuando alguien intente manipular la zona más sensible de su cuerpo, cada animal peludo reaccionará de forma diferente. Algunos perros pueden mostrar su malestar de una manera inteligente tratando de ocultar sus patas y mostrar signos de calma, como bostezar, voltear la cabeza o lamerse los labios, mientras que otros perros pueden adoptar posiciones defensivas y atacar, especialmente es cuando el perro no conoce a la persona y esta misma intenta tocarlo en una parte muy sensible, que podrían ser las patas.
Si su perro odia que le toquen las patas y reacciona muy negativamente cuando intenta examinarlo o cortarle las uñas, esto puede ser una “debilidad” en su cuerpo. Sin embargo, si notas que la personalidad de tu perro ha cambiado, volviéndose más agresivo, nervioso o hiperactivo, acude al veterinaria de inmediato. Algunas enfermedades que provocan dolor o deterioran el sentido de nuestros amigos mascotas pueden provocar alergias y problemas de comportamiento.
Además, dado que cada perro es dueño de su propio organismo y personalidad, a algunos perros incluso les puede gustar que les acaricien o les den masajes en las piernas, especialmente si sus amos lo hacen desde que su perro es cachorro para ser acariciado en una zona concreta. En la vida adulta, este hábito representa una gran ventaja porque es más fácil revisar el estado de las patas de nuestro perro y cortarle las uñas.
Recuerde, las extremidades del perro siempre están en contacto con el suelo y el animal puede entrar en contacto con suciedad, patógenos u objetos afilados, que pueden herir o cortar. Además, se debe prevenir contra las garrapatas y otros ectoparásitos porque pueden permanecer en las patas del perro, donde pueden esconderse y comer fácilmente.
Por tanto, aunque a tu perro no le guste que le toquen las patas, es conveniente que se acostumbre a que lo manipulen en esta zona. Lo ideal es empezar a enseñar a nuestros perros a que nos permitan tocar sus patas desde los primeros meses de su nacimiento, siendo siempre muy cuidadosos y respetando los límites de nuestros amigos caninos.
Recuerda que tenemos que ser siempre pacientes, apostando siempre por el refuerzo positivo, y verás que tu perro acabará viendo esto con normalidad y su futuro será más tranquilo entre ambos.
¿Qué te ha parecido este artículo? Ahora ya sabes porque los perros no son amigos de que le toquen sus patas, aunque no son todos iguales. ALIMASCOTA te invita a navegar por su web para descubrir más curiosidades, consejos, actualidad sobre mascotas.
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