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Los problemas que pueden surgir cuando un perro o gato no bebe suficiente agua. La falta de agua puede causar una serie de problemas de salud, como deshidratación, problemas renales, infecciones del tracto urinario y problemas en la piel y el pelaje. Es importante asegurarse de que tu mascota tenga acceso a agua limpia y fresca en todo momento, y fomentar su consumo de agua si notas que no está bebiendo lo suficiente.
A pesar de lo que muchos dueños de mascotas puedan pensar, es bastante habitual que ciertos tipos de mascotas presenten problemas a la hora de beber agua. Pero, ¿a qué se debe realmente este comportamiento en nuestros perros y gatos?
Por lo general, las mascotas que presentan problemas para beber agua de manera normal suelen sufrir alguna dolencia o problema que les limita esta actividad y que, por desgracia, no siempre es tan fácil de identificar. En este sentido, lo cierto es que los veterinarios especializados en estos animales ya apuntan que cada vez parecen más comunes los casos en los que perros y gatos no reciben la cantidad de agua necesaria o, al menos, no se les presenta de una forma atractiva para ellos.
Es así como surgen ciertas soluciones diseñadas exclusivamente para ellos, como las fuentes de agua para mascotas, que permiten que nuestras mascotas cuenten con una forma atractiva y saludable de beber el agua que necesitan cada día. Y es que el hecho de no hidratarse de manera correcta puede conllevar patologías que pueden ir desde pequeñas infecciones de orina hasta patologías más graves si la situación se prolonga durante mucho tiempo.
Por este motivo, en este post queremos profundizar en qué problemas pueden presentar nuestras mascotas cuando no beben suficiente agua, qué síntomas suelen manifestar y qué soluciones podemos aplicar para resolver esta situación.
¿Por qué nuestras mascotas no beben suficiente agua?
En términos generales, normalmente los animales beben agua por instinto, cuando tienen sed, necesitan refrescarse o incluso para ayudarles a hacer la digestión. Sin embargo, este instinto puede verse limitado en ciertas situaciones, por estrés, por complicaciones de salud o, simplemente, porque no encuentran un entorno agradable para hidratarse. En este sentido, en el caso de los gatos por ejemplo, muchos no encuentran cómodo beber de un cuenco, rechazan el agua que no sea completamente fresca o directamente solo beben si tienen a su disposición bebederos de agua para gatos que les aporten ese agua limpia que tanto buscan.
En el caso de los perros, esta situación es menos común que en el caso de los gatos, pero igualmente se puede dar debido a la falta de ejercicio, a que se encuentran en un entorno desconocido o incómodo para ellos, a haber experimentado alguna vivencia negativa o traumática o, simplemente, son ya muy mayores o están enfermos.
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Síntomas y problemas de una mascota mal hidratada
La hidratación de nuestras mascotas es, sin duda, un tema de gran importancia al que debemos prestar mucha atención. En muchos casos, además, para identificar que nuestra mascota no bebe la suficiente agua, debemos estar muy pendientes en su comportamiento, ya que a menudo los cambios suelen ser paulatinos y no excesivamente notables.
En este sentido, los síntomas más comunes cuando nuestra mascota, así sea perro o gato, no bebe la suficiente agua suelen estar relacionados con la falta de apetito, la inactividad, caída de pelo, piel seca, jadeos o un aumento de la temperatura corporal.
Además, los problemas asociados a la falta de hidratación pueden llegar a afectar a la salud de nuestro perro o gato de manera severa, produciéndole shocks de calor, cálculos en el riñón, disminución de las excreciones, problemas digestivos y hepáticos o infecciones de orina, entre otras afecciones. Todos estos problemas, en realidad, pueden revertirse una vez que nuestra mascota vuelva a beber con normalidad, sin embargo, hay que tener en cuenta que los síntomas pueden presentarse cuando el cuadro de deshidratación sea ya importante, por lo que es sumamente necesaria la prevención.
Los problemas intestinales, como las diarreas, vómitos o la temida torsión gástrica (más común en perros que en gatos) y los problemas asociados al mal funcionamiento del hígado y los riñones son, probablemente, algunos de los más graves. Así, sin supervisión, podrían incluso ocasionar la muerte de nuestra mascota; por esto, es muy importante siempre controlar la cantidad de agua que bebe nuestro perro o gato, por ejemplo, midiéndola a lo largo del día o ofreciéndole comida húmeda para compensar.
Soluciones prácticas para que tu perro o gato beba más agua
Como soluciones prácticas para aquellos perros o gatos a los que les cuesta beber agua, lo más importante es intentar ofrecerles formas de hidratarse alternativas y complementarias, que puedan aportarles agua de maneras diferentes. Así, además de contar con varios bebederos repartidos por diferentes zonas de la casa, podemos probar a aumentar la cantidad de comida húmeda u ofrecerles otros métodos para beber que les resulten más atractivos, como pueden ser las fuentes de agua.
Además, también será importante cambiar el agua varias veces al día, para que siempre esté limpia y fresca, saborizar o enriquecer el agua para que les resulte más sabrosa o cambiar los tipos de bebederos, por si es cuestión del material de fabricación.
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